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Cuento: "El Castillo"



 

Creo que estamos llegando - susurra el capitán- Tengan cuidado, abran bien los ojos…

Esta debe ser la parte más oscura - dice la teniente, observa hacia ambos lados del río, en busca de algún peligro al acecho, en medio de aquella selva.

Más adelante es probable que esté el castillo como lo marca el mapa- el doctor gira y me observa, confirmo con la cabeza mientras miro el mapa en mis manos.

Remamos unos metros más en silencio, cautelosos, los 4 vigilantes, sobre aquella balsa en medio de la noche, poco a poco dejamos de ver las orillas de aquella lúgubre selva.

-Debe estar cerca- pienso, mientras veo el mapa, trato de concentrarme entre la niebla que nos ha cubierto en este último tramo del río, sigo con mi mirada el dedo sobre el mapa, veo la ruta que ha trazado el doctor, veo los espacios de un posible ataque que han marcado el capitán y la teniente, veo cuanto hemos navegado través de esa fina línea marcada, y aquella marca roja arriba del mapa, la niebla se disipa poco a poco mientras aquel destello color escarlata brillante aumenta, cubre el mapa y mis manos, mi cuerpo y nuestros ojos, levanto la mirada, todos incrédulos, asombrados, ahí frente a nosotros flotaba aquel castillo.


Tenía razón el mapa…- dijo el capitán boquiabierto


…Estaba en lo cierto el doctor- dijo la teniente estupefacta.


Lentamente tomamos nuestras armas del fondo del bote, ¿por instinto quizás…? cautelosos, el mínimo desconcierto podría ser nuestra última oportunidad…


En silencio, inmóviles, frente aquel castillo flotante, todos listos, esperábamos la señal del doctor que habíamos acordado.


Aquel momento parecía eterno, cada segundo, marcado en el reloj del doctor mientras observo su mano en espera de su señal, ese golpe constante del segundero en el reloj… tic… concentrados en la mano del doctor tac…. El aire cada vez más denso… cada golpe del segundero como una ola de mar salvaje…. ahogando la balsa donde veníamos.


¡Agua!- observo como la balsa esta llena de agua desesperado grito- ¡El agua está entrando a la balsa! ¿Por qué nadie reacciona? ¿Hay una fuga? ¡Nos hundimos! ¿Por dónde esta entrando el agua? - observo todo el bote llenado de agua y Nadie se percata, el agua hundiendo la balsa, trato de hablarles.


¡Nos estábamos hundiendo y nadie hacia nada! ¡Está aquí! alguien lo ha dejado entrar!- grita el doctor girando hacia nosotros sorprendido.

¡Esta dentro de la balsa! ¡Dentro de la mente de uno de uste… - sorprendido el doctor me mira fijamente.


Veo como el rostro del doctor se divide en dos por el aterrador brazo de aquella criatura escarlata, lentamente desprendiéndose cada parte en dos de su cabeza atrapado en un grito agónico y el tiempo cada vez mas lento, denso, profundo…


La teniente voltea me mira asustada, estira su brazo pidiéndome ayuda, trato de estirarme, con gran esfuerzo tomo su mano, pero su brazo se desgarra de su cuerpo.


Al fondo los gritos del Capitan crecen terriblemente, su cuerpo es estrellado una y otra vez sobre el agua, por uno de los tentáculo de la criatura, y yo, inmóvil, sentado en la balsa, no puedo moverme ¿o no quiero moverme?


Observo todo a mi alrededor, como se desgarran los cuerpos de mis compañeros, como el agua se cubre de su sangre, la balsa se hunde cada vez más, no puedo gritar, no puedo pedir ayuda, no puedo moverme, siento el borde del agua subiendo sobre mi cuerpo, quiero gritar por el terrible dolor, siento miles de navajas rasgando mi piel conforme me hundo, conforme sube el agua por mi cuerpo, todo se cubre de aquel color escarlata, nebuloso, aquel brillo que encandila mis ojos, parpadeo. ¿¡Todo ha sido una ilusión!?, ¿Seguimos en la balsa?.


¿Todo éste tiempo he estado viendo el castillo flotante? ¡Mis compañeros! Giro rápidamente para advertirles.


Todos en silencio, todos cuidando su lado, como lo dijimos en el plan que hicimos, todos con la mirada en el brazo del doctor, excepto yo, aún no ha dado la señal, que alivio.

¿Qué es lo que me ha pasado? ¿Una ilusión, una premonición? Veo mis manos que tiemblan, que han dejado de sostener el mapa, un sudor color rojo escurre por mis brazos, siento una respiración tras de mí, aquella criatura a mis espaldas, trato de gritar, advertirles, y solo veo el horizonte girar.


Cae mi cabeza sobre mis pies, veo aquella criatura que me a arrancado la cabeza de un solo movimiento, ¿aun puedo ver? ¡Sí, y es espantoso!, veo lo que queda de mi cuello, sus manos sobre mis hombros, esos tentáculos que entran por la herida que ha dejado, ¿Veo mi cuerpo frente a mí?

¿Veo que en mi cuerpo crece una nueva cabeza frente a mí?

¿Veo aquel mi nuevo rostro guiñándome el ojo?

¿Veo aquella suela de mi bota apunto de aplazar este viejo rostro?

¡SI, ES ATERRADOR!


Ahora…- susurra el doctor.


A esperado que estemos frente al castillo flotante que emana aquella luz escarlata brillante, parpadeo, vuelvo a escuchar aquella palabra -ahora- observo mis manos temblando, no puedo sostener el mapa, levanto el rostro y todos están con bien sobre la balsa.


¿Qué me esta pasando, qué fue todo eso? Repite la señal con la mano, todos bajan lentamente de la balsa.

¿La instrucción? ¿Cuál era la instrucción para mí? Trato de recordar conforme bajan uno a uno…


Cuando de la señal, bajaremos uno a uno lentamente de la balsa, y nadaremos en sentido contrario, haciendo dos grupos de dos alejándonos de ella, así podremos llegar a la orilla…- repetía las instrucciones el doctor aquella mañana mientras empujábamos la balsa al mar.

La balsa será el señuelo - Dijo la teniente


Así es - Respondió el capitán


Es importante que no pierdan sus armas al bajar de la balsa, es lo único que nos puede proteger a partir de ese momento- Dijo el capitán mientras daba un salto a la balsa - no sabremos lo que ahí podamos encontrar.- El Capitán me estira el brazo para subirme a la balsa en busca de aquella idea absurda de un castillo flotante.

Ptch… ey…- El doctor me jala de la manga, regreso a la balsa.


¿¡Qué es todo esto!? ¿Qué es lo que me esta ocurriendo?

¡Rápido, baja!- Susurra molesto el doctor y se aleja en el mar.

Soy el último en bajarme, nadamos lentamente, apartándonos de la balsa.


Nadamos en la oscuridad separándonos, el agua helada, como si fuera un gran cristal de obsidiana por la espesa noche, incendiado por aquel lejano brillo escarlata del castillo flotante


¿Qué es lo que me esta ocurriendo?

¿Qué son todas esas imágenes que sentí tan reales?

¿Es el miedo? ¿Fui sólo yo?

¿También ellos sintieron, vieron algo tan aterrador?

¿Por qué siento que aun nos acechan?


Como si debajo de nosotros millones de ojos nos estuvieran observando en el fondo del rio, ojos en la oscuridad que van descubriendo sus dientes al abrir sus párpados.


¡Tengo que salir de esta oscuridad que me observa!

¡Tengo que llegar a la orilla!

¡Tengo que alejarme de la balsa antes de que sea demasiado tarde…!


Tierra al fin, por fin estamos en tierra…


Cuento: “El castillo”

Escrito por: Isaac Contreras

Laberinko ®

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